La Hipocresía de Esperanza Aguirre.

Esperanza Aguirre, apóstol de ultraliberalismo, gran enemiga del intervencionismo estatal y gran fan de la libre empresa, la libre competencia, la iniciativa privada y las bajadas de impuestos. Tanto, que ella misma ha vivido siempre de la política y del presupuesto público, que ocupa un cargo como presidenta de una institución superflua e innecesaria cuya existencia requiere que sablee a los madrileños con impuestos que no existían cuando Franco vivía, y que tendrá, cuando abandone dicho cargo, una pensión, coche oficial y escolta vitalicios (a pesar de ser una ardiente defensora de la eliminación de la indemnización por despido).